lunes, 11 de octubre de 2010

¿Para qué?

Cualquier sujeto mínimamente humano, al menos, un par de veces, tres, cuatro, o quizás veinte, pierde las ganas de vivir. Es algo humano, y como tal ha de tratarse. Esa fatiga, esa desesperación, no viene dada por pájaros externos, simplemente es la manifestación más aguda, en el momento menos oportuno del ¿qué hago yo aquí? Y cuando no se tiene ilusión por nada, se puede responder uno mismo, al instante: mejor estaría...no aquí. Sujeto humano que erra, ya que al día siguiente sentirá felicidad, o razón de vivir y pensará- menos mal que no me hice caso ayer-
Una vez, dos pasa, pero el miedo es cuando la respuesta no llega a tiempo de enmendar la afirmación.
Hacemos bastante aqui, cualquier persona, ha de creerlo. Somos millones por alguna razón, y como cualquier máquina de engranaje enrevesado, hay explosión, si algún mecanismo falla. Y nosotros, sujetos humanos, provocaríamos la misma, sino esperásemos a ese mañana, a encontar una mirada, una voz, un libro, un personaje...otra persona.


-Anónimo.